Comer manzana puede ayudarnos a disminuir el riesgo de padecer Alzheimer
Una buena alimentación variada y rica en nutrientes siempre será la mejor base para mantener nuestra salud en el mejor estado posible. Pero existen ciertos alimentos realmente beneficios para el organismo como la manzana, tanto en su estado natural como seca o cocida, que gracias a sus propiedades antioxidantes, pueden ayudarnos a reducir nuestras posibilidades de padecer enfermedades tan graves y problemáticas como el Alzheimer.
La alimentación juega un papel fundamental en el estado de nuestra salud, por lo que si creamos una dieta equilibrada y rica en nutrientes, en la que prestemos especial atención a la naturaleza de los productos que vayamos a ingerir, podremos conseguir resultados realmente positivos sobre nuestro organismo. Más concretamente, es importante conocer que existen ciertos alimentos, que por sus propiedades y nutrientes naturales, pueden ofrecer beneficios muy interesantes para la salud y que, incluso, pueden ayudarnos a lidiar o prevenir determinadas enfermedades en el futuro.
Uno de estos alimentos tan efectivos para la salud es precisamente la manzana que, a pesar de su aparente sencillez, guarda en su interior una serie de nutrientes y propiedades antioxidantes que podrán ser de gran ayuda. Vamos a conocer a continuación un poco más acerca de todos los beneficios que puede aportar esta fruta para la salud, y más concretamente, de su efecto en la prevención de enfermedades como el Alzheimer, de manera que conocer la forma de introducirla de forma habitual en nuestra dieta diaria puede ser una muy buena idea.
La manzana y el Alzheimer
Esta fruta tan común en cualquier cocina, es toda una caja de sorpresas, ya que contiene un nutriente muy potente llamado quercetina y que es el encargado de producir un efecto antioxidante, anticancerígeno y antiinflamatorio sobre el organismo. Estas acciones afectan directamente a las células cerebrales y ayudan que éstas se encuentren mucho más protegidas para lidiar con los problemas relacionados con el estrés oxidativo y que dan lugar a la destrucción del tejido cerebral, propio de enfermedades como el Alzheimer.
Al ingerir de manera habitual en nuestro día a día este tipo de nutriente antioxidante, como es la quercitina proveniente de la manzana, conseguiremos detener este proceso de destrucción y ayudaremos a nuestro cerebro a seguir manteniéndose sano y fuerte. Gracias a las investigaciones realizadas sobre la manzana y sus efectos beneficiosos sobre enfermedades como el Alzheimer, cada vez son más las personas que deciden incorporar este alimento a su dieta diaria.
Cómo comer manzana
Puede ser que incorporar de forma diaria a nuestra dieta la manzana pueda resultar un poco aburrido o desmotivante, sobre todo porque al natural no ofrece muchas variaciones de sabor. Es por eso que una solución realmente interesante y cada vez más popular entre los usuarios es adquirir una manzana seca o deshidratada. De esta forma, podremos seguir disfrutando de todos los beneficios antioxidantes de la fruta que acabamos de comentar, pero en un formato mucho más original de manera que nos permita variar nuestra dieta. Además, se trata de un snack perfecto para tomar en cualquier momento del día, sin importar donde nos encontremos, por lo que ya no habrá excusas para no empezar a beneficiarse de los increíbles efectos que la manzana puede aportar a la salud de nuestro organismo.
Para deshidratar una manzana, el proceso que hay que seguir es realmente muy sencillo. Tan solo tendremos que lavarlas bien, quitarles el corazón, cortarlas en rodajas, remojarlas durante diez minutos en zumo de limón, zumo de piña, añadir algunas especias como canela o nuez moscada, y ponerlas a hornear durante unas dos horas. Una vez que estén frías, podremos empezar a comerlas o guardarlas para cuando nos vayan a hacer falta. De esta forma tan sencilla, podremos comer manzana deshidratada siempre que queramos en tan solo unos pasos y disfrutar así de todos los efectos beneficiosos que podrá aportar a nuestro organismo, y en especial, a nuestras células cerebrales, gracias a sus efectos antioxidantes.