¿Cómo gestionar un concurso de acreedores?
Al crear una empresa, la premisa fundamental es procurar su crecimiento y destacar en el servicio que se ofrece, y constantemente, ejecutar acciones para asegurar el crecimiento e innovación de la organización.
No obstante, pueden llegar épocas en que, en lugar del desarrollo, se produce una situación de crisis y estancamiento que puede llevar a que las empresas no sean capaces de hacer frente a las deudas, pero afortunadamente existen mecanismos y personal capacitado para poder sortear cualquier escollo y revivir aquellas instituciones que puedan encontrarse en situaciones como éstas. Sin duda, es importante por tanto, conocer cuáles son esas modalidades.
Gestión acertada en situaciones de crisis
Aunque parezca una idea sacada de la ficción, que una empresa se declare insolvente, es más común de lo que parece, por lo que gestionar la crisis de una empresa permite hallar alternativas antes de pensar en la insolvencia y en la bancarrota. Entonces, preguntarse que es un concurso de acreedores como medio para asegurar la vida de una compañía será muy acertado.
Se trata de un procedimiento jurídico que puede ser voluntario u obligatorio, o necesario, pero que resulta lo más recomendable para continuar con el funcionamiento de todas las instancias de la empresa.
¿A quién acudir?
Para llevar a cabo un procedimiento tan delicado como éste, sólo se debe confiar en profesionales especializados y con las titulaciones específicas. La experiencia es otro factor indiscutible con el fin de salir de esta situación tan embarazosa.
Surge entonces la necesidad de tener excelentes consultores que, en efecto, puedan proponer una metodología coherente con la naturaleza de la empresa para iniciar el proceso de su reestructuración y reflotamiento.
Un ejemplo de gestión, avalada por la prensa y los testimonios de sus clientes, es Dipcom Corporate a través de su CEO Igor Ochoa, un importante consultor de referencia nacional para eventos especiales como éstos.
Principales acciones de los concursos de acreedores
- Evitar que posibles implicados o responsables de la quiebra inminente de la empresa puedan resultar beneficiados.
- Proteger a los más vulnerables dentro de una compañía: los trabajadores.
- Desarrollar estrategias para lograr la viabilidad de la empresa.
- Sanear las responsabilidades con los acreedores para mejorar los problemas por falta de liquidez.
Tipología de los concursos de acreedores: ¿por qué es importante conocer los tipos?
El concurso de credenciales fue regulado por la Ley Concursal, Ley 22/2003, del nueve de julio. Hay dos modalidades:
- Concurso de acreedores voluntario: se realiza cuando, en un plazo de dos meses, la persona o sociedad inicia el procedimiento para presentar la solicitud de concurso.
- Concurso de acreedores obligatorio: o necesario, se inicia cuando lo solicitan uno o varios acreedores, de ahí que la sociedad o la empresa no pueda oponerse y deba, en contra de su voluntad, someterse a los intereses de los acreedores.
Siempre se recomienda apelar por el concurso de acreedores voluntario.
¿Quiénes pueden emplear el concurso de acreedores?
Quienes presenten deudas en exceso también pueden solicitar un concurso de acreedores bajo la modalidad voluntaria. Esas deudas pueden ser: hipotecas, solicitud de créditos y multas sin pagar.
Fases de los concursos de acreedores
Aunque en la Ley Concursal se contemplen tres procedimientos, puede dividirse en cuatro etapas:
- Actos previos: se realiza la búsqueda y preparación de los documentos. Es fundamental tener la asesoría especializada porque sabrán cuáles son los documentos y procedimientos pertinentes para evitar comprometer a la empresa con errores legales mucho más delicados.
- Fase común: aquí se inicia el proceso de solicitud del concurso. En esta fase se delimita el importe que se adeuda, y para esto, se delimita el patrimonio de quien entró en concurso y la cantidad total de la deuda.
- Fase de convenio: en esta etapa negocia la sociedad deudora con el acreedor o acreedores, y se establece cuál será el desenlace de la empresa: se preserva la sociedad o se liquida definitivamente. Si es la primera, el administrador realiza un informe en el que se contemplan las deudas y se organizan en:
- Créditos contra la masa (salarios de trabajadores).
- Créditos concursales (de Hacienda, bancos, socios y proveedores).
- Créditos privilegiados (pago de hipotecas e indemnizaciones a trabajadores o salarios atrasados).
- Ordinarios (proveedores de la empresa).
- Subordinados (de menor importancia; sanciones, multas).
En suma, todas las deudas que progresivamente deben cancelarse.
4. Fase de calificación: se trata de la calificación que recibe el administrador antes de declararse el concurso. Las calificaciones posibles son: fortuito o culpable.