Correctores de postura: el mejor alivio para tu espalda
La columna vertebral o espina dorsal, es una parte de nuestro sistema óseo que más se ve afectada por las actividades que llevamos a cabo diariamente.
Desde que los seres humanos evolucionamos y nos convertimos en seres bípedos, la columna tuvo que adaptarse y ajustarse al que quizás sea uno de los mayores cambios de nuestro organismo, porque caminar erguidos, requiere que sea esta zona de la espalda la que soporte todo nuestro peso y, cualquier otro externo. A lo mejor, es allí donde se comienzan a padecer tantas complicaciones. Pero la evolución era inevitable.
Casi todo lo que hacemos amerita el uso de nuestra columna: caminar, agacharse, levantar a un bebé, cocinar, el trabajo en la oficina, manejar el coche, entre miles de otras. Sumado a esto, si no tenemos una buena alimentación rica en vitamina D y calcio, pues no tendrá una estructura lo suficientemente fuerte para soportar, además de nuestro propio peso, el trajín del día a día.
La mayor parte de la población comienza a quejarse de dolores atrás del cuello, en la espalda media o baja y, desconocen qué es lo que lo origina. Sin darse cuenta, ameritan el uso de un corrector de espalda, que moldee la columna conforme lo requiere sus curvaturas naturales.
La espina dorsal está compuesta por 33 vértebras, las cuales se han diferenciado en cinco regiones: cervical, dorsal, lumbar, sacra y coxis; sus principales funciones son mantener el cuerpo erguido, facilitar el libre movimiento del cuerpo y proteger dos partes fundamentales del sistema nervioso, la médula espinal y el bulbo raquídeo.
Cada una de estas zonas tiene una función específica y, si no estamos conscientes de lo que representa cuidarlas, manteniendo una buena postura, comenzaremos a transitar un largo camino de incomodidad y dolor.
Pero, ¿cuáles son las posiciones corporales que generalmente adoptamos que nos generan gran molestia, porque no la realizamos de manera correcta?
Si la forma en que mantenemos nuestra espalda cuando estamos sentados, por ejemplo, trabajando en el ordenador, realizando algún manuscrito, dibujando, entre otras, nos causa dolor en el cuello, al punto que tenemos que ponernos de pie frecuentemente, para intentar girar la cabeza y, perder un tiempo valioso, no te estás sentando de manera correcta.
Si haces esfuerzos en lograrlo y aun así, persiste la dolencia, es probable que hayas desarrollado una tortícolis y, debes usar un corrector de postura para que la región espinal que está siendo afectada, se alivie una vez que la mala colocación sea corregida. Recordemos que la cabeza representa el 10 % del peso de nuestro cuerpo y, éste recae directamente sobre la cervical o la zona dorsal.
Realizar una actividad estando parados por un tiempo no muy corto, así como cocinar, dar un discurso o, cualquier actividad física, como trotar, caminar, patinar; genera un cansancio corporal que se puede notar fácilmente cuando nos encorvamos y de una vez arqueamos al máximo la columna, sacamos una joroba.
Este acto reflejo se puede evitar al ponerse un corrector espalda que te mantenga con una posición erguida e impida que la columna tome una forma inadecuada.
Finalmente, si piensas que estando acostado no deberías sentir dolor, te equivocas. Es bastante frecuente que luego de nuestro descanso nocturno, nos levantemos de la cama agarrandonos la parte de atrás de la cintura e incluso, cuesta enderezar la columna. Al dormir, no somos conscientes de la posición o posiciones que toma nuestro cuerpo, de hecho, a veces nos acostumbramos a dormir siempre de la misma manera.
Si este es tu caso, lo más recomendable es que te pongas un corrector postura espalda para que intentes controlar los movimientos que estás haciendo cuando duermes, que te puedan estar generando lumbagos.
Corregir la postura es algo que podemos lograr con facilidad, usando este tipo de ayuda que además, no representaría un gran gasto en nuestro presupuesto, ya que se pueden conseguir a muy buenos precios.
Si dudas en comprarte un corrector, piensa en lo beneficioso que puede ser para tu salud. Compra uno que se adapte bien a la figura, que sea cómodo y que por su puesto cumpla con su función de mantener tu espalda erguida.