Encuentra la mejor opción para organizar tu Camino de Santiago
Poner rumbo al Camino de Santiago es una experiencia única que no te vas a arrepentir de realizar. Sin embargo, hay muchas cosas que debes tener en cuenta antes de ponerte manos a la obra. Una de las preguntas más habituales es: ¿cuál es la ruta más adecuada?
Úsate siempre como tu propio punto de referencia
Llamamos Camino de Santiago a lo que en realidad se trata de una serie de posibilidades oficiales de ruta que nos llevan directos a nuestro soñado destino. Los conocemos como el Camino Francés, el Camino Portugués, el Camino del Norte, el Camino Primitivo, el Camino Inglés, el Camino Portugués por la Costa, el Epílogo Fisterra-Muxía, el Camino de Invierno, el Camino Sanabrés, la Vía de la Plata, el Camino Aragonés y el Camino Vasco del Interior. Puede que ahora mismo sientas que te superan las diferentes variantes, pero en realidad tus necesidades y el punto del mapa en el que te encuentres ahora mismo va a ser tu única condición.
Si por ejemplo nos encontramos en Sevilla en estos momentos, no queda ninguna duda alrededor de que la nuestra es la Vía de la Plata. Un trazado bien señalizado nos permitirá no perdernos en los extensos dominios andaluces y extremeños. ¿Y si nos pillan las ganas de ir a Santiago en Madrid? Aunque ninguno de estos caminos sale directamente de allí, nuestras mejores opciones serían comenzar desde el principio el Camino Sanabrés o pillar a medias el Camino Francés. El Camino Sanabrés, por ejemplo, no solamente fue usado originalmente por los fieles, sino también por muchos comerciantes. Una ruta clásica llena de historia de nuestra península que puede estar a tu alcance si crees que estás preparado.
Estas variantes de caminos nos permiten comenzar exactamente donde nosotros podamos y/o queramos, y pueden ser consultadas en detalle en Pilgrim, una agencia que nos da todas las facilidades que necesitamos para mejorar nuestra experiencia; desde alquiler de bicicletas a transporte a puntos de inicio.
En este momento será cuando debamos tener en cuenta el grado de dificultad. Aunque a estas alturas es complicado encontrar una ruta de este estilo que no esté bien preparada para el turismo, lo cierto es que no todas las etapas son igual de difíciles. A fin de cuentas, no es lo mismo estar paseando tranquilamente por una planicie que ir subiendo escarpadas cuestas. Por suerte, es fácil ir con el terreno bien preparado en nuestras mentes antes para no encontrarnos con desagradables sorpresas.
Sé consciente de tus limitaciones y plantea retos realizables
Hay una cosa fundamental que no podemos olvidar: lo importante en esta aventura en la que te vas a embarcar es que puedas llegar hasta el final. No tiene sentido perder fuelle al principio queriendo abarcar más de lo necesario. Si estás empezando a pensar que la ruta en la que has pensado es demasiado larga para una primera vez, quizás es que sea hora de darle una última vuelta a tu plan de ataque para el Camino.
Frustrarse por no conseguir lo inicialmente planeado no te va a llevar a ningún sitio de provecho, por lo que lo sensato a fin de cuentas acaba siendo establecer para ti mismo un reto personal que tengas la capacidad de superar. Para una primera vez, por ejemplo, sería conveniente encontrar una ruta a pie que no conste de muchas etapas. Y lo que es más importante, que dentro de esas etapas no se exija un grado de dificultad muy alto que puede demandarnos un grado de profesionalidad que todavía no hayamos adquirido.
Sea como sea, seguramente ya hayas tomado la decisión de comenzar esta maravillosa aventura, bien porque siempre hayas querido intentarlo o bien porque hayas escuchado que es una genial idea a amigos, familiares o conocidos. Ahora sabes todas las posibilidades que hay al alcance de tu mano. Inténtalo. No te vas arrepentir.