El mejor horno para el hogar
Los hornos llevan siendo usados durante toda la historia del hombre, siendo una de sus creaciones más versátiles y necesarias.
Ya sea con la razón de cocinar complejos platos, repostería menor u otras labores como cocer estructuras o figuras de barro o alfarería, un hogar que dispone de un horno es simplemente un hogar mejor aprovechado.
Pero no cualquier horno cumple estas labores a la vez que ahorra energía y gastos caloríficos, dado que algunos modelos más actuales como podrían ser los hornos eléctricos, que no solo gastan una buena cantidad de la susodicha electricidad, también pierden la temperatura acumulada a una velocidad pasmante, debido a los materiales que los componen y a la necesidad de no sobrecalentarse para no provocar un accidente.
Por suerte, existe una optativa que gana cada vez mayor popularidad e importancia en el gran esquema del comercio de hornos, siendo esta la adquisición de un horno de barro refractario, el cual no solo está fabricado a mano de forma artesanal, sino que también goza de las propiedades para conservar la temperatura propias del previamente mencionado barro refractario.
En este artículo hablaremos de las características que están provocando este resurgimiento de popularidad en el mundo de los hornos de barro, tocando sus características esenciales, diferentes tamaños y las ventajas relacionadas con estos.
Características de un horno de barro refractario
Estamos hablando de un horno de un tamaño que puede variar ampliamente, en un rango que va desde los 60 cm hasta 120 cm de diámetro.
Estos hornos suelen contar con gruesas puertas metálicas usadas para mantener el calor dentro del horno, una chimenea o ‘’tiro’’, pensada para conducir el humo al exterior y un juego de palas para manipular aquello que sea introducido dentro.
La característica más importante y conocida de los hornos de barro refractarios es que tienen una capacidad superior a cualquier otro horno para mantener la energía calorífica, pudiendo mantenerse calientes hasta 24 horas después de haberlos encendido, y calentándose en menos de media hora.
Sin lugar a dudas, esto nos brinda un mar de ventajas culinarias, como la capacidad de cocinar alimentos cuyas recetas giren entorno al horno durante todo el dia sin gastar apenas una cantidad infinitesimal de energía en comparación con cualquier horno eléctrico del mercado.
Si queremos, podemos almorzar un guiso o puchero y el horno de barro refractario aún mantendría suficiente calor residual para cocinar repostería a media tarde.
Por último, el calor que aún quedaría por la noche nos permitiría asár frutas y verduras sin apenas esfuerzo.
Proceso de fabricación de un horno de barro refractario
Lo ideal es que estén fabricados de forma completamente artesanal, con barro refractario de primera calidad a ser posible.
A la mayoría de estos hornos se les da forma mediante una técnica conocida como ‘’urdido’,’ que consiste en hacer churros de una o dos mezclas de barro muy específicas y únicas para cada empresa, pues los porcentajes de mezcla utilizados para crearlas son secreto industrial.
Una vez se le ha dado forma sobre un soporte al horno de leña, se procede a un secado natural al aire libre durante aproximadamente treinta y tres días, siendo estos supervisados para asegurarse de que no se resquebraja el barro debido a heladas u otros efectos atmosféricos.
En este proceso no se utilizan secadores industriales, ya sean cañones de calor o secadores, lo cual disminuye en gran medida la producción pero mejora por mucho la calidad.
Una vez secos, se les pasa por un control de calidad interno para descartar aquellos que hayan acabado con deformidades o fisuras durante el proceso de secado.
Acto seguido se montan en vagonetas, que los llevan a hornos de cocción, los cuales llevan a cabo un proceso que dura veinte horas y durante el cual el interior de dicho horno llega a alcanzar temperaturas de 1050ºC durante ocho horas continuas, de forma que la cocción penetra totalmente en el barro y le atribuye la calidad por la que este modelo de horno es conocido.
En definitiva, una adición esencial para cualquier hogar o cocina que se precien de serlo.